Son pequeñas joyas de cuatro ruedas que merecen un respeto por todo lo que han “vivido”. Un coche clásico guarda mil historias y si está en buen estado vale la pena conservarlo. Para ser considerado como tal, ha de tener una antigüedad de más de 20 años y esa categoría de “clásico” hace que sea considerado un vehículo especial, con ciertas ventajas, como por ejemplo la posibilidad de quedar exento del pago del impuesto de circulación (dependiendo de cada ayuntamiento) o la opción de contratar un seguro más económico.
Puede que hayas adquirido un vehículo clásico porque te encantan y te traen mil recuerdos o, tal vez, sea tu propio coche de toda la vida que se ha vuelto clásico porque no has visto el momento de cambiarlo. En cualquier caso, es interesante saber que para un coche de estas características existe la posibilidad de solicitar la matrícula histórica.
Según el Reglamento de Vehículos Históricos, pueden serlo aquellos que cumplan alguna de estas tres condiciones:
– Los que tengan más de 25 años desde su fabricación (en determinados casos también vale desde la primera matriculación).
– Los que revistan un interés especial, por ejemplo, por haber estado presente en un acontecimiento histórico o por haber pertenecido a una personalidad relevante. Por supuesto, todos los que están incluidos en el Inventario General de Bienes Muebles del Patrimonio Histórico Español o que hayan sido declarados Bien de Interés Cultural.
– Los vehículos considerados de “colección”, piezas muy especiales por su originalidad, porque su fabricación fue limitada, etc.
Si te interesa, la matrícula histórica se solicita en la Jefatura Provincial de Tráfico a la que corresponda tu domicilio. Los trámites no son sencillos (piden una exhaustiva documentación) y además, tiene coste, pero, si conducir un vehículo clásico es una gozada, llevar una matrícula histórica debe ser el no va más.
Por supuesto, clásico o histórico, a la hora de conducirlo deberán respetarse todas las normas de circulación (permiso de conducir, seguro obligatorio, etc.) y, según los casos, pueden tener determinadas limitaciones (por ejemplo si no alcanzan los 60 km/hora no podrán ir la autopistas). Como ventajas, cabe destacar las bonificaciones o exención de impuestos que pueden aplicar los ayuntamientos, los descuentos que normalmente aplican las compañías aseguradoras y la posibilidad de tener que pasar la ITV cada 5 años.
Histórico o no, si tienes un clásico ¡cuídalo!, no solo por su valor sentimental sino porque puede ser una verdadera inversión.